¿Será que tu nombre te está haciendo perder dinero?
En el año 1929, el psicólogo germano-estadounidense Wolfang Köhler realizó un experimento donde le mostró a varias personas dos imágenes con diferentes formas: una de ellas con lineas redondas (o curvas) y la otra con esquinas puntiagudas. Se le preguntó a los participantes cuál de esas imágenes era “Takete” y cuál era “Baluba” (¿cuál sería tu respuesta?).
Más del 95% de las personas respondió que Takete era la imagen puntiaguda y Baluba era de la curvas redondas.
Muchos años después, Vilayanur Ramachandran y Edward Hubbard repitieron este mismo experimento pero esta vez, le cambiaron los nombres a “Kiki” y “Bouba”. Como te lo podrás imaginar, la mayoría de las personas dijo que la imagen con curvas era “Bouba” y la puntiaguda “Kiki”.
Un nombre, no es tan solo un nombre. Un nombre trae consigo cierta connotación.
Sociológica y neurológicamente, solemos asociar nombres con otras características (como lo demostró el experimento de arriba). Nos creamos una imagen mental de una persona solo por su nombre.
Intenta lo siguiente: Piensa en un nombre de mujer sexy. ¿En cuál has pensado?
Ahora piensa en un nombre de hombre fuerte y duro (el típico chico malo). ¿En cuál has pensado?
Independientemente de los nombres que se te hayan ocurrido, estoy seguro que hay miles de personas en el mundo con esos nombres y que no cumplen con esas características que te he dicho. Sin embargo, solemos asociar esos nombres a ciertos rasgos.
Los autores del libro “Freakonomics”, Stephen J. Dubner y Steven D. Levitt comprobaron que en el mundo laboral, el nombre de una persona afecta su búsqueda de trabajo. Dubner y Levitt enviaron 2 curriculums a muchas empresas, siendo ambos exactamente iguales en cuanto a formación académica y experiencia se refiere, pero solo el alteraron el nombre del candidato. El curriculum que poseía un nombre típico americano (no recuerdo si era Jhon, o algo así) obtuvo muchas más llamadas para la entrevista que el otro curriculum que tenía un nombre típico afroamericano (como Jammal).
Como puedes ver, un nombre no es solo un nombre y te lo debes tomar muy en serio en tu negocio o profesión.
Por un lado tenemos la connotación del nombre y por el otro, tenemos la popularidad del mismo. Un nombre debe ser único, lo más original y exclusivo que sea posible. No es de ninguna manera conveniente para el negocio, poseer un nombre tan común que lo compartan otras 100.000 o 10.000 personas.
Una de las primeras cosas que yo hice cuando comencé en el mundo del espectáculo, fue buscar mi nombre en Yahoo (Google no existía en aquella época). Quería saber cuántos resultados había y qué tipo de resultados aparecían. Aunque encontré muy pocos, aún así, mi nombre de nacimiento era demasiado común y carente de personalidad. Por eso decidí cambiarlo a Alejandro Kei, manteniendo mi nombre real «Alejandro» y cambiando mi apellido a «Kei» (y es el mismo pseudónimo profesional que hoy en día conservo, a través de la abreviación “Alex”)
Si tu nombre es demasiado común cuando lo busques en Google, o si compartes nombre con un asesino en serie, un estafador, o peor aún, con un político! …no sería mala idea que adoptes un pseudónimo profesional.
En el mundo del espectáculo se le llama “nombre artístico”, en el mundo de los negocio se le llama “pseudónimo profesional” en el mundo literario hay quien le llame “alias” o inclusive “nombre de guerra”.
Algunas personas famosas que adoptaron otro nombre para darse a conocer fueron:
Pablo Neruda (escritor): su nombre verdadero era Neftali Ricardo Reyes Basoalto
David Copperfield (ilusionista): David Seth Kotkin
Madre Teresa de Calcuta (religiosa): Agnes Gonxha Boajaxhiu
George Michael (cantante): Georgios Kyriacos Panayiotou
Deco (futbolista): Anderson Luís de Souza
..Inclusive Lord Voldemort (el villano de Harry Potter) tenía un pseudónimo!! su verdadero nombre era: Tom Riddle
Si tu mercado es internacional, tienes un reto adicional, ya que el nombre tiene connotaciones diferentes en diferentes países e inclusive géneros diferentes (“Alex” es nombre de hombre en algunos países y nombre de mujer en otros).
Quizá estés en un momento de tu negocio que cambiar el nombre no sea conveniente. Pero no estaría mal que consideres si estratégicamente sería bueno que lo hicieras.
Tu nombre le está diciendo a tu audiencia parte de lo que eres. Además, puedes considerar otras razones como: privacidad, estilo y diferenciación. Lo más importante en este tema del nombre, es que sea único y fácil de identificar (como suelo decir: las estrellas brillan por contraste)
¿Es esto un requisito absoluto para el éxito? Desde luego que no. Pero ayuda.
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