Las expectativas y el «encuadre»

Hace algunos días atrás, realicé un experimento en Facebook usando un vídeo que grabé. El título del vídeo es: «2 herramientas para emprendedores y empresarios de Internet» y la descripción del vídeo dice: «2 Herramientas que todo emprendedor o empresario de Internet, debe utilizar (me extraña que casi nadie habla de ellas!)»

Cuando lees ese título y esa descripción, ¿Qué tipo de herramientas te vienen a la mente?

Este es el vídeo que publiqué:

Si analizamos con detalle el título, la descripción y los primeros 30 segundos del vídeo, no hacen ningún tipo de promesa. No sugieren absolutamente nada del tipo de herramientas de las que hablo en el vídeo. Sin embargo, muchas personas se crearon la expectativa en sus propias mentes, pensando que las herramientas les ayudarían a ganar más dinero. ¿Por qué? Por el encuadre.

El vídeo fue publicado en mi página de Facebook. Mis seguidores están acostumbrados a un cierto tipo de contenidos de mi parte. Aunque no había ninguna promesa en el título o descripción del vídeo, ellos asumieron que como el contenido provenía de mi, debería estar relacionado con marketing o técnicas para mejorar las ventas en sus negocios.

Para muchos, el vídeo no cumplió con su expectativas, no porque yo les haya creado expectativas falsas, sino porque ellos mismos crearon sus propias expectativas… por el encuadre.

Veamos este comentario de una de las personas que vio el vídeo:

comentario

Como dice Michael Hyatt en su libro «Platform: Get noticed in a noisy world» las personas siempre cargan con sus propias expectativas, sean sellas conscientes o inconscientes, generales o específicas. Todos nos creamos expectativas ante todo y lo hacemos, simplemente, porque es así como funciona nuestra mente.

Cuando alguien o algo no cumple con nuestras expectativas, solemos culpar a esa persona, producto o servicio. Raramente nos detenemos a pensar «¿por qué me creé expectativas erradas?».

Tiene que haber compatibilidad entre las expectativas que nos creamos y lo que obtenemos a cambio. Cuando no existe esa compatibilidad, sentimos el amargo sabor de la desilusión. Sin embargo, esto es algo ocasionado por el encuadre.

El encuadre es todo lo que acompaña o rodea algo en particular. Solemos juzgar basados en todo lo que rodea una situación determinada. Por ejemplo, si vemos a alguien uniformado de cierta manera (digamos: un médico) esperamos un cierto tipo de comportamiento, lenguaje, actitud, etc. Si la persona no actúa en base a esas expectativas que nos creamos, nos desilusionamos. La persona no tuvo la culpa; fuimos nosotros que nos creamos una expectativa falsa.

Superar las expectativas de las personas es una tarea bastante difícil si intentamos hacerlo con absolutamente todas las personas con las que tenemos contacto. En cambio, debemos aprender a aceptar con total naturalidad, que mientras estamos superando las expectativas de algunos, estamos decepcionando a otros. Lo mejores hoteles del mundo, los mejores restaurantes, los mejores profesionales en diversas áreas… TODOS han decepcionado a alguien en algún momento, y al mismo tiempo, han dejado encantados a otros. No por culpa de ellos, sino por el encuadre que las personas utilizaron para crearse sus expectativas.