Complejo de Adultez
Este es un pequeño fragmento de un ensayo llamado «Teorías sobre el Complejo de Adultez» que comencé a escribir hace algunos años atrás, pero entre responsabilidades, distracciones y procrastinación, aún no lo he podido terminar:
«Complejo de Adultez» es el sentimiento derivado de la lucha constante por el posicionamiento dentro de la sociedad. El adulto común, teme mostrarse a los otros tal cual como es, por el simple hecho de sentirse vulnerable, corriendo el riesgo de perder el «status». Simples emociones como reír, llorar y sorprenderse son un atentado a la integridad de estas personas. Cualquier cosa que no sea dinero, poder y sexo, es considerado «para niños».
Este es el perfil de las personas que sufren de «Complejo de Adultez». Algunos de ellos podrán decir ‘YO!? que va! yo no pienso así!’ pero en la práctica, es preferible perder la naturalidad y la sencillez con la que hemos venido a este mundo a cambio de una posición social tan efímera como nuestra niñez»
Este ensayo lo comencé a escribir en mi época de ilusionista profesional. Cada día de trabajo, me encontraba con algunas personas que no se permitían disfrutar del entretenimiento que yo les brindaba porque temían parecer tontas o ingenuas, solo porque mi trabajo consistía en ayudarles a suspender la incredulidad por breves momentos y hacerlas sentir parte de una fantasía que les ayudara a olvidar el mundo real. A la final, la «magia» no es más que una representación teatral de «ciencia ficción» disfrazada de total y absoluta normalidad.
Es muy bonito dejarse llevar por situaciones que nos hagan sentir como niños por breves momentos. A un niño cualquier cosa le parece magia, desde el vuelo de una mariposa hasta la manera como se oculta el sol. Todo eso les parece magia porque no logran entender como sucede. Cuando crecemos, perdemos esa ilusión y lo que era antes para nosotros «magia» ahora es «ciencia». Un (buen) ilusionista no quiere ofender la inteligencia de nadie, solo quiere ayudarlos a revivir esa magia que sentían cuando eran niños.
Como suelo decir: El día que dejemos de ser niños, solo por el hecho de habernos convertido en adultos, nos habremos sentenciado a vivir miserablemente en un mundo frío e insensible.