Conviértete en una referencia a través de la Curación de Contenidos

Actualmente vivimos en un mundo saturado de información. Crear contenido es más fácil que crear conciencia.

En parte, eso es estupendo. Tenemos acceso a información que hace 20 años atrás solo hubiésemos podido conseguir en bibliotecas públicas o a través de entrevistas personales con profesores, eruditos y eminencias de diferentes áreas.

Pero por otro lado, se genera tanto ruido que aturde. Hay tanta información reciclada y vomitada que más bien, nos confunde y nos hace perder mucho tiempo.

Cuando queremos saber sobre algún tema, los primeros contenidos que consumimos nos ayudan a comprender de manera general el asunto pero cuando queremos ir un poco más a fondo, pasamos mucho tiempo intentando filtrar la enorme cantidad de  mier** porquería que existe en Internet.

Ahora, más que nunca, es cuando necesitamos la curación de contenidos.

¿Qué es la curación de contenidos?

Según Curata (una de las empresas especializadas en herramientas de curación de contenido) es:

“…cuando un individuo (o equipo) consistentemente encuentra, organiza, comenta y comparte con su público objetivo el contenido más relevante y de mayor calidad sobre un tema específico»

Para poder convertirnos en una referencia delante de nuestro público objetivo, debemos compartir con ellos información relevante y de calidad, que les aporte un beneficio y sobretodo, que les ahorre tiempo y esfuerzo a la hora de querer documentarse sobre el tema en cuestión. Aportando nuestra experiencia y punto de vista al contenido compartido, ayudamos a nuestro público a entenderlo mejor.

El proceso comienza con el descubrimiento de información, accidental o intencional. Si eres como yo, seguramente pasarás mucho tiempo leyendo libros, blogs y otros contenidos sobre tu sector. Si a esto le sumas tu experiencia en campo (porque solo la teoría no es suficiente para formarse un buen criterio) serás capaz de darle a tu público información que ellos realmente valoren.

Para tu público sería como tener su propio “Google personalizado” que, además de mostrarles únicamente los mejores resultados que existan en Internet, se los comenta y les aporta su grano de arena para darles más valor.

Y ¿Sabes qué? probablemente tú ya estés haciendo curación de contenidos sin saberlo. Al retuitear, compartir y republicar contenidos en las redes sociales, estás seleccionando y difundiendo información interesante y de calidad. Lo único que te faltaría, sería agregarle tu propia opinión y experiencia para poder hacerlo de la mejor manera.

El proceso de curación de contenido contiene los siguientes elementos:

1.- Búsqueda y descubrimiento del contenido;

2.- Selección de los mejores contenidos;

3.- Organización lógica y estructurada de los contenidos;

4.- Difusión del contenido y referencia a la fuente;

5.- Comentario y opinión sobre los contenidos compartidos.

Es importante aclarar que la curación de contenidos NO consiste en reescribir un artículo que hayas encontrado en Internet. Muchas personas que necesitan contenido para sus blogs, van a la caza de otros artículos en Internet y cuando encuentran uno que les gusta, lo reescriben (como que si son ellos los autores) y lo publican. Esto, además de ser una muy mala costumbre de algunos, no aporta valor real al público.

Si no le aportas tu punto de vista a los contenidos que compartes, añadiendo inclusive historias, ejemplos personales o simplemente, dejando claro cuál es tu opinión sobre el tema y por qué piensas de esa manera, no estás curando sino vomitando contenido (te lo comes, tu organismo lo procesa hasta cierto punto y luego viene la regurgitación).

Y como dice Pawan Deshpande en su artículo “10 pasos para una curación de contenidos ética” no cometas el error de curar contenido curado! es decir: usar contenido de otro curador y editarlo ligeramente para hacerle creer a tu público que el curador eres tú.

Veamos ahora un ejemplo de la estructura que debe tener un contenido curado:

– Introducción del tema (estado de la situación actual y por qué es importante);

– Referencia a otro/s artículo/s del tema (citando y enlazando la fuente original);

– Comentario sobre esa referencia (aportando tu perspectiva y opinión personal);

– Ejemplos (propios y/o ajenos);

– Otras fuentes a consultar (y comentario sobre por qué son relevantes);

– Conclusión personal sobre el tema (aportando tu perspectiva y opinión personal);

Ahora que has visto este ejemplo, quizá te estés dando cuenta que el propio artículo que estás leyendo en este momento, es un ejemplo de curación de contenido (¿lo habías notado?)

Otro buen ejemplo de curación de contenidos (aunque no ofrecen contenido educacional, sino de entretenimiento) son aquellos programas de televisión de vídeos caseros graciosos. El programa hace una selección de los mejores vídeos que los espectadores les envían (o que ellos encuentran en youtube). El presentador suele hacer una muy breve antesala del vídeo que veremos a continuación, creando cierta expectativa, luego muestra el vídeo gracioso y al final comenta algo sobre el vídeo que acabamos de ver.

Como puedes ver, el principio es el mismo, sea el tema educacional o de entrenimiento.

La manera orgánica de hacer curación no sigue un método o técnica específica. Cuando te encuentras con información interesante y de valor, la guardas para un posterior uso y cuando llegue el momento, le aportas lo que tengas que aportarle y la compartes. Pero cuando necesitas hacer curación en un momento específico, generalmente, con una fecha límite, podrías recurrir a herramientas que te ayudan en el proceso.

Las herramientas se podrían clasificar en:

Herramientas de descubrimiento: Son aquellas que te permiten descubrir nuevos contenidos de la temática que tú quieras. Como por ejemplo: Feedly o a la aplicación para móviles y tablets Flipboard;

Herramientas de organización: como por ejemplo Evernote o herramientas específicas para curación como Bag the Web o PearlTrees;

Herramientas de difusión: aunque podrías usar herramientas como Scoop.it o inclusive Storify lo ideal es que utilices tu blog, tu canal de youtube y tus redes sociales como herramientas de difusión.

Recuerda que lo que quieres es convertirte en una autoridad o referencia delante de tu público. Investiga, selecciona, aporta y comparte y verás que poco a poco, te vas ganando ese derecho con tu audiencia.