Si no vendes, el marketing no tiene mucho sentido

Si pusiéramos el Marketing y las ventas en el contexto del matrimonio, podríamos decir que Marketing es todo aquello que hacemos para seducir y enamorar a la persona que nos gusta, mientras que Ventas, es lo que hacemos cuando formalmente pedimos en matrimonio a esa persona. Cuando le hacemos la pregunta de “Te casarías conmigo?”, estamos intentando cerrar la venta.

Suena frío en ese contexto ¿no? 🙂 …pero no está para nada alejado de la realidad.

el Marketing nos ayuda a posicionar nuestra marca, darnos a conocer, agradarle a nuestro público objetivo, hacer que confíen en nosotros y despertarles el deseo de probarnos. Pero nada de eso tiene sentido si no logramos cerrar la venta.

Si no vendes, no te compran. Si no vendes, no generas ingresos. Si no vendes, el Marketing no tiene mucho sentido.

Todos los empresarios y emprendedores debemos vender. Tenemos que vender si queremos tener un negocio exitoso. A veces vendemos de manera sugestiva, otras veces de manera directa, pero siempre de manera persuasiva.

Sin embargo, Hay muchos emprendedores que le tienen pánico a la venta. Aquellos que no le tienen pánico, le tienen repulsión. Otros, simplemente se sienten incómodos cuando llega la oportunidad de vender directamente.

Partiendo de la base de que tenemos algo de valor y útil para nuestros clientes, no deberíamos sentirnos mal por vender. No se trata de que nos convirtamos en el infame prototipo de vendedor de coches usados, pero debemos ser capaces de decir directamente y sin temor: “esto es lo que tengo, te ayudará de esta manera, cuesta X, cómpralo ahora”.

Siempre que yo lanzo un nuevo producto o servicio, vendo directamente para cumplir con mis metas de facturación. Utilizo todos mis canales de comunicación para dar a conocer lo que estoy creando, transmitir el beneficio que recibirán mis clientes y luego, de manera completamente directa, les digo: “Esto lo creé para ti. Aquí lo tienes, cuesta X”.

Cerrar la venta requiere de llamados a la acción claros y precisos. Debemos dejar al descubierto los deseos y necesidades del cliente y lo que podemos hacer nosotros en relación a ellos. No sirve de nada esconder nuestra intención de facturar, nuestra intención de ganar dinero. Es a eso a lo que nos dedicamos: a solucionar problemas, deseos y necesidades a cambio de dinero.

Con nuestro trabajo como emprendedores, debemos mejorar  la vida de las demás personas. Sin embargo, nunca podemos quitar la vista del dinero. Creamos un negocio para mejorar vidas a cambio del dinero. Si no lo queremos de esa manera, creamos una ONG o Casa de la Caridad, pero como empresarios, cada pequeño gesto de cambio que generemos en nuestro público, debe tener una estrategia económica por detrás. Caso contrario, nos iremos a la quiebra rápidamente.

Ayuda, cambia vidas y deja contentos a tus clientes….y cóbrales por hacerlo!